La vela ha ardido tanto rato que ya no hay quien la sostenga. Se apaga, delata la luz de las
estrellas que dan vueltas en la ventana..
miércoles, 31 de diciembre de 2014
miércoles, 24 de diciembre de 2014
Noche triste.
Desde la tarde ha estado lloviznando, por momentos. La noche no es excepción, ahora es más prolongado. Decidí permanecer un rato en la azotea para contemplar el ambiente y sentir la llovizna, suave y enternecedora. Se detiene el ruido cotidiano, permitiendo solamente el sonido de la débil lluvia golpeando el entorno.
Sonrío, a pesar de la nostalgia, mientras observo detenidamente las luces de las lejanas casas, que lucen como luciérnagas estáticas.
Me escucho decir en voz baja el nombre de aquella persona... y tiemblo, por una extraña felicidad y melancolía.
Sonrío, a pesar de la nostalgia, mientras observo detenidamente las luces de las lejanas casas, que lucen como luciérnagas estáticas.
Me escucho decir en voz baja el nombre de aquella persona... y tiemblo, por una extraña felicidad y melancolía.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Nuestro momento juntos.
Hermoso el amanecer que, después de una sombría noche, se manifiesta con tal suavidad.
Un entorno despierta, alegre por tal suceso, florece y vive para agradecer.
Oh, por ser magnífico, es que debo sufrir la ausencia de aquel amor.
Majestuosa la noche, fría y decadente. Hay temor y esperanza.
La tarde es tan solemne, la calidez se hace fuerte, el cántico viento juega en bosques.
Es triste despedirse, aunque bello sea el atardecer. Una caricia es suficiente.
Oh, por ser magnífico, es que debo sufrir la ausencia de aquel amor.
Majestuosa la noche, fría y decadente. Hay temor y esperanza.
Un entorno despierta, alegre por tal suceso, florece y vive para agradecer.
Oh, por ser magnífico, es que debo sufrir la ausencia de aquel amor.
Majestuosa la noche, fría y decadente. Hay temor y esperanza.
La tarde es tan solemne, la calidez se hace fuerte, el cántico viento juega en bosques.
Es triste despedirse, aunque bello sea el atardecer. Una caricia es suficiente.
Oh, por ser magnífico, es que debo sufrir la ausencia de aquel amor.
Majestuosa la noche, fría y decadente. Hay temor y esperanza.
sábado, 13 de diciembre de 2014
Efímero, aunque enternecedor.
Anhelo y añoranza se producen en mi pecho, apenas un instante en que me aparto de ella.
miércoles, 10 de diciembre de 2014
Hay un agradable silencio mientras pienso en ti.
Usted es la música que no quisiera dejar de escuchar.
viernes, 5 de diciembre de 2014
Semilla.
Recuerdo muy bien aquella tarde-noche, cuando uno de los extremos laterales de nuestros labios se rozaron. La sensación sigue permaneciendo en mi mente...
sábado, 29 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
Sigur rós en mi vida.
Mañanas de Festival y Glósóli, tardes de Untitled 1 y de Olsen olsen, y noches de Ágætis byrjun.
domingo, 23 de noviembre de 2014
Cennino Cennini.
La creatividad artística depende de que se logre un equilibro entre las imposiciones de la tradición, las exigencias del mundo visible y la operación de la imaginación del artista.
viernes, 21 de noviembre de 2014
martes, 18 de noviembre de 2014
Aquella vida reposada.
Para él era evidente que aquel amor tardaría mucho en acabarse; que no podía encontrarle fin.
lunes, 17 de noviembre de 2014
Aquella vida reposada.
Él se volvió impaciente y apasionado hasta el punto
de no querer separarse de su lado, y ella, mientras tanto, seguía pensativa...
jueves, 13 de noviembre de 2014
Sin rostro alguno.
Me encontraba en el Centro, había quedado de verme con alguien para disfrutar de una tarde de otoño. El punto de reunión era en el kiosko, pero se encontraba repleto de personas, por lo cual decidí esperarla sentado en la banqueta del área, donde probablemente la vería llegar.
En el otro lado de la esquina se encontraba un hombre sentado con sus dos hijos. Uno de ellos, el más pequeño, que estaba más cercano a mí, jala de mi chamarra para llamar mi atención. Volteo hacia él y me sonríe, le respondo un una sonrisa. Luego me hace ver una paloma que se paseaba enfrente de nosotros, paseaba curiosamente hasta que fue asustada por el hermano mayor,de aproximadamente siete años, que jugaba con un avión.
Al verme se sorprendió y se me quedó viendo como si hubiese visto algo extraño que pasaba detrás de mí. Luego se dirige corriendo hacia su padre, del que sólo lograba ver parte de su perfil, curiosamente familiar. El hombre miraba hacia el otro lado y sin pensarlo esperé hasta que volteara, pero no ocurrió nada.
En cambio, el pequeño tomó de mi brazo y me hacía ver algunos carros que pasaban y las ventanas de la casa que estaba en frente, y el perro callejero que estaba del otro lado de la calle, y más carros, y más palomas.
El hermano mayor quiere saber mi nombre y se sorprende, luego me pregunta la edad y trata de comprender. Luego dice que me parezco a su padre, volteo nuevamente a verle, pero sigue mirando hacia el otro lado. Me sentía inseguro al pensar en dirigirme a aquel hombre. Había olvidado qué hacía realmente allí. Lo más intrigante fue querer saber cómo era el rostro del padre de aquellos niños.
En el otro lado de la esquina se encontraba un hombre sentado con sus dos hijos. Uno de ellos, el más pequeño, que estaba más cercano a mí, jala de mi chamarra para llamar mi atención. Volteo hacia él y me sonríe, le respondo un una sonrisa. Luego me hace ver una paloma que se paseaba enfrente de nosotros, paseaba curiosamente hasta que fue asustada por el hermano mayor,de aproximadamente siete años, que jugaba con un avión.
Al verme se sorprendió y se me quedó viendo como si hubiese visto algo extraño que pasaba detrás de mí. Luego se dirige corriendo hacia su padre, del que sólo lograba ver parte de su perfil, curiosamente familiar. El hombre miraba hacia el otro lado y sin pensarlo esperé hasta que volteara, pero no ocurrió nada.
En cambio, el pequeño tomó de mi brazo y me hacía ver algunos carros que pasaban y las ventanas de la casa que estaba en frente, y el perro callejero que estaba del otro lado de la calle, y más carros, y más palomas.
El hermano mayor quiere saber mi nombre y se sorprende, luego me pregunta la edad y trata de comprender. Luego dice que me parezco a su padre, volteo nuevamente a verle, pero sigue mirando hacia el otro lado. Me sentía inseguro al pensar en dirigirme a aquel hombre. Había olvidado qué hacía realmente allí. Lo más intrigante fue querer saber cómo era el rostro del padre de aquellos niños.
lunes, 10 de noviembre de 2014
En la sima de la colina.
Oí oraciones entre los arboles. El viento jugaba con los troncos huecos, liberando himnos.
domingo, 9 de noviembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
Después de mañana.
Invadido por la luz parda de los faroles, camino de regreso a casa, en silencio, encerrado en mis pensamientos, decepcionado de mí mismo.
Observo las luciérnagas que están pasmadas en el cerro, refugiando a gente de la noche y del frío. La luna se había ocultado detrás de los cerros, como si temiera ser vista. La noche es serena.
Me encuentro tranquilo e intranquilo. Me estoy ahogando, hay palabras que quieren salir de mí y florecer, ante los primeros rayos del sol, pero no lo permito, y me ahoga.
Observo las luciérnagas que están pasmadas en el cerro, refugiando a gente de la noche y del frío. La luna se había ocultado detrás de los cerros, como si temiera ser vista. La noche es serena.
Me encuentro tranquilo e intranquilo. Me estoy ahogando, hay palabras que quieren salir de mí y florecer, ante los primeros rayos del sol, pero no lo permito, y me ahoga.
domingo, 2 de noviembre de 2014
Por un momento.
Su mano estaba tan cerca de la mía, que por un momento imaginé que estábamos tomados de la mano...
miércoles, 29 de octubre de 2014
Ser.
Resguardado está, haciendo un gran nudo. Busca florecer, pero es contenido.
Se está esperando el momento adecuado para permitirlo brotar, manifestarse y resplandecer.
Se está esperando el momento adecuado para permitirlo brotar, manifestarse y resplandecer.
sábado, 25 de octubre de 2014
Escribí bastantes cosas, cosas pobres, de un terrible enamorado...
La tarde era tranquila. De pronto ella llamó mi atención y el viento comenzó a soplar suavemente sobre nosotros. Ella sonreía mientras descubría su rostro, por el viento que jugaba con su cabello.
Hojas caían, danzando, mientras nos aproximábamos...
Hojas caían, danzando, mientras nos aproximábamos...
Despertar.
...De pronto me encuentro en la azotea. Está anocheciendo. No recuerdo qué estaba haciendo, pero me detengo allí y empiezo a observar el cielo.
La niebla cubre los cerros, que están detrás de la casa. Se logra ver una colina y algunas casas. Se puede escuchar un débil resueno de los truenos que se producen en alguna parte.
Estoy consciente de que me encuentro en un sueño, donde buscaba algo...
La niebla cubre los cerros, que están detrás de la casa. Se logra ver una colina y algunas casas. Se puede escuchar un débil resueno de los truenos que se producen en alguna parte.
Estoy consciente de que me encuentro en un sueño, donde buscaba algo...
martes, 13 de mayo de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
Sabiduría inútil #57
El hombre se desarrolla mediante sus decisiones, pero también la vida toma sus propias decisiones sobre el hombre.
viernes, 25 de abril de 2014
Deep
Ella provoca un cambio muy agradable en mi día,
con sólo su presencia,
con sólo mirarla,
con sólo escucharle; sin importar lo que diga.
Es tan raro, es tan claro.
Es tan real.
martes, 22 de abril de 2014
Un gran día.
Nos encontramos en el camino.
Y no hay nada qué decirnos.. creo que es lo mejor.
Evitamos vernos.
Evitamos vernos.
No obstante, la alegría que hay en mí resplandece como el amanecer.
viernes, 18 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
lunes, 14 de abril de 2014
"Sobre mi cadáver"
Todos los familiares, de parte de mi madre, se encontraban festejando el 43 aniversario mi tío en el gran jardín de la casa de la abuela. Terminando de comer me dirigí a la casa y sin encontrar qué hacer opté por subir a la habitación de invitados para acostarme en la litera, y escuchar música mientras recordaba algunas cosas que hacía en esta casa cuando era niño.
Después de cinco minutos decidí volver al jardín. Llegando a la cocina, desde la gran ventana, podía ver a una prima que estaba sentada bajo uno de los árboles del jardín. Por un momento había olvidado que ella estaba aquí. La saludo y ella me sonríe. Me dirijo hacia ella y estaba observando hacia la ventana con incredulidad. Ella me pregunta si había visto al niño que estaba atrás de mí cuando estaba en la cocina, la verdad es que no tenía noción de que alguien estuviera conmigo dentro de la casa. Me insiste de que había visto a un niño detrás de mí y en cuanto observo hacia las ventanas de las recámaras del segundo piso, observo a un niño mirando desde una de ellas, donde yo estaba.
Nos dirigimos rápidamente hacia el segundo piso y buscamos entre las habitaciones. Al llegar a la habitación donde me encontraba, nos percatamos de que habían unos pies descalzos y lodosos fijándose en la segunda cama de la litera. Subo cuidadosamente mientras mi prima se encontraba en la entrada y al observar, no había nadie. No obstante, en cuanto le informé a mi prima que había desaparecido, unos golpecitos juguetones se empezaron a producir dentro de un armario; por la sorpresa, me suelto y caigo. Me ayuda a levantarme y después abrimos el armario, sin encontrar a alguien dentro.
De repente una sombra pasa rápido por el pasillo, a espaldas de mi prima, y comenzamos a seguirlo, llegando a la habitación de la abuela. Al entrar a la habitación, había un bulto bajo las cobijas de la cama, como si alguien estuviera jugando. Mi prima se avienta hacia las cobijas, pero el bulto había desaparecido. Desesperados, comenzamos a buscar dónde podría estar lo que buscábamos.
A continuación, se escucha un llanto en el baño de la recámara, me dirijo lentamente hacia el baño y logro observar una sombra humanoide de pequeña estatura en la esquina de la bañera. Pregunto si necesita algo y él me responde que unos niños lo están molestando en el jardín.
Todo era confuso, pero me dirigí al jardín, en el área de juegos, donde los primos menores estaban. Estaba mi hermano menor y tres primos jugando con agua, haciendo un gran charco de lodo. Les llamo la atención y mientras mi prima les limpia los zapatos, yo con una pequeña pala empiezo a esparcir el agua y después de pensarlo dos veces, comencé a cavar un agujero.
Mientras iba cavando, un fétido olor comenzaba a producirse. Mi prima había llegado cuando me encontré con una manta rosa. Cuidadosamente comienzo a rasgarla, encontrando unas ramas, que, después de limpiarlas bien, resultaron ser unos huesos: era la mano de un infante. Cubrí con pena el agujero y les prohibí a los menores seguir jugando en el agua. Sin embargo, no dejaba de pasar por mi mente la cuestión de "quién era" y "qué fue lo que pasó".
A continuación, se escucha un llanto en el baño de la recámara, me dirijo lentamente hacia el baño y logro observar una sombra humanoide de pequeña estatura en la esquina de la bañera. Pregunto si necesita algo y él me responde que unos niños lo están molestando en el jardín.
Todo era confuso, pero me dirigí al jardín, en el área de juegos, donde los primos menores estaban. Estaba mi hermano menor y tres primos jugando con agua, haciendo un gran charco de lodo. Les llamo la atención y mientras mi prima les limpia los zapatos, yo con una pequeña pala empiezo a esparcir el agua y después de pensarlo dos veces, comencé a cavar un agujero.
Mientras iba cavando, un fétido olor comenzaba a producirse. Mi prima había llegado cuando me encontré con una manta rosa. Cuidadosamente comienzo a rasgarla, encontrando unas ramas, que, después de limpiarlas bien, resultaron ser unos huesos: era la mano de un infante. Cubrí con pena el agujero y les prohibí a los menores seguir jugando en el agua. Sin embargo, no dejaba de pasar por mi mente la cuestión de "quién era" y "qué fue lo que pasó".
jueves, 10 de abril de 2014
Duende infeliz
Usted puede alegrar el día, a su vez, motivar a alguien más.
Expulse aquellas penas y atrévete.
Hay un encanto en usted.
Comparte el ver el atardecer, y si es posible disfruta del amanecer.
El amor fluye tan naturalmente que quiero perderme en tu ser.
Vamos a enloquecer.
Toma mi mano otra vez, juguemos con nuestros pies.
miércoles, 2 de abril de 2014
martes, 1 de abril de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
Bajo la sombra de los arboles.
Un sueño se vuelve realidad,
mientras caminamos por un sendero,
han sido meses de espera.
Me siento completamente distinto,
como si viera sólo lo bueno del mundo,
todo se ha vuelto visualmente alegre.
Nos detenemos en un banco para sentarnos a platicar,
nuestras manos se vuelven a encontrar.
El entorno se ha vuelto más silencioso,
el ritmo de nuestros corazones se podría escuchar,
nuestras miradas no dejaban de encontrarse.
Era un momento maravilloso.
miércoles, 26 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
viernes, 21 de marzo de 2014
Buena canción
Cuando estoy preparando mi almuerzo o vistiéndome para salir, no puedo olvidarme de ella.
Sus labios y su mirada están grabadas en mi mente, y pensarlo me estremece.
Simplemente no puedo olvidarme de ella.
Los recuerdos sobre ella se pegan a mí como una capa de pegamento.
...
jueves, 20 de marzo de 2014
martes, 18 de marzo de 2014
Volviendo siempre al mismo lugar..
Camino bajo una arboleda clara, en silencio absoluto.
Me escucho cantar por dentro el himno que escribimos juntos, en un sueño, después de nuestra ruptura.
Eramos sólo tú y yo contra el mundo, montando una búsqueda a lo desconocido.
Aún puedo recordar el deslizo de nuestros labios antes de ser separados por el destino.
Te vi caer... quedando yo sin respuesta.
lunes, 17 de marzo de 2014
viernes, 14 de marzo de 2014
Aullido.
La noche es trágica cuando tus pensamientos y recuerdos no te permiten dormir.
La noche es maravillosa por la tranquilidad que hay en ella; sólo están los sonidos de los animales nocturnos.
La noche es grandiosa por la variedad de ideas que suelen llegar a ti...
La noche es bastarda si no sabes aprovecharla.
martes, 11 de marzo de 2014
No es de sorprenderse
He de encontrarla en un huerto de rosas,
quisiera invitarle un licuado de avellanas y fresas.
Siento su mirada tratándome de evitar,
sensación linda, aunque destructible.
Quiero confiar en que todos los días son hermosos
como el disfrutar de un pastel de frutas
como el disfrutar de un pastel de frutas
Es encantador saber un poco de ella.
Me siento contento de encontrar su mirada.
Se siente emocionante estar viviendo,
esperando con interés la oportunidad de encontrarle nuevamente.
No es de extrañar que quisiera envolverme con ella.
Pero de repente me invade la inseguridad,
si tan sólo pudiera dejar todas mis dudas en el viento.
lunes, 10 de marzo de 2014
Nube de lo desconocido
Bajo la nube de lo desconocido nuestro mundo está incendiándose.
Todos los días están siendo olvidados por nosotros.
Cada mente bloqueándose por pantallas.
La esperanza parece extinguirse.
Todo está perdido en alguna parte, esperando.
Sigo buscando el resplandor...
Veo un rayo de sol asomándose entre la nube...
sábado, 8 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
Mala sangre, quinta parte.
<<¿Qué le has hecho a mi hijo?>> Implora, con una voz demasiado desgastada a la de hace unos segundos. Aceleraba su respiración y no dejaba de tambalear su cabeza. Empujo su cabeza para que esté bien recargada a la almohada, es satisfactorio su impotencia.
<<Básicamente esto.>> Le doy en sus manos la cuarta fotografía...
¡Te tengo! ...
Era apasionante ver la reacción de Alan al ver la fotografía. Mostraba al pequeño Antonio desnudo, acostado en el suelo, pecho abajo, con las piernas flexionadas y con varias heridas y agujeros sangrientos en diversas partes del cuerpo. Podía verse su cara con los ojos cerrados y de haberse fijado detalladamente, lograría ver lágrimas secas en su rostro. Había sangre por doquier, parecía un charco debajo de él. Más al fondo habían algunas herramientas, un taladro y cuchillos de cocina.
<<Toño.. no.. Toño... ¿por qué?... él no le hizo daño a nadie.. no...>> Gemía mientras trataba de no mirar más la fotografía, su repugnante voz se destrozaba cada vez más. Tomé la fotografía de sus manos, saqué las demás y se las metí en su boca, para comenzar el segundo acto.
<<Pensé que el pequeño Antonio tenía que ser igual que su padre.>> Revelo. <<Si el virus es lo bastante bueno para su padre, es lo bastante bueno para su hijo. Amén... Afortunadamente tu ex-esposa es lo bastante tonta como para ganarse la confianza de alguien, después de conocerte a ti...>> Considero gracioso ver al imbécil de Al tratando de quitarse las fotografías de la boca, sus lágrimas brotaban débilmente. <<Ella me dejó una noche a cargo de él, esa noche lo estuve pensando y, mientras se preparaba para dormir, le tomé...>> Alan trataba de calmarse, pero escuchando lo que decía le hacía desesperarse más.<< Cubrí su delicada boca y le desnudé...>> Me detengo y le sonrío un poco. No obstante, continúo.<<Lamentablemente su ano era un poco-demasiado estrecho para mí, así que se me ocurrió la tonta idea de ampliarlo con el taladro de albañilería. Por desgracia me sobrepasé un poco y me emocioné... así que, para que dejara de sufrir el mocoso, empecé a hacer agujeros en sus piernas, en su pecho, en sus brazos y en sus nalgas; pero seguía vivo. lograba escuchar cómo lloraba débilmente. Al menos fue relativamente rápido, más rápido que pudrirse en una cama como usted comprenderá, Al. Le costó veinte minutos morir. ¡Veinte miserables y atroces minutos!... Pobre Antonio... Como decías, es una enfermedad que mata a los inocentes.>>
Empecé a sentir preocupación de que llegara la enfermera. Saco una de las almohadas que había detrás de él. <<Lo siento, Al, pero todo esto es por tu culpa. Los malos actos suelen llevar a una consecuencia relativamente macabra y tú decidiste actuar.>> Le digo mientras postro tranquilamente su cabeza de regreso, para después poner la almohada que tengo sobre su cara, presionando poco a poco... ahogando sus enfermos gemidos, lloriqueos... Canté alegremente en voz baja, mientras presionaba con firmeza, hasta que se hubo apaciguado la endeble residencia de Beltrán, Alan Beltrán.
Tomé su pulso.. Había causado baja... Rápidamente quito la almohada de su rostro y la devuelvo en su sitio, levantando la fea y frágil cabeza del cadáver y acomodándolo de regreso; saco las fotografías de su boca. Contemplo un poco lo que había ante mí; los ojos estaban ligeramente abiertos al igual que la boca. Parecía estúpido, una enfermiza criatura de un ser humano, lo que ha sido siempre. No obstante tomo un respiro profundo y empiezo a llorar como niño sin juguete y me dirigí a buscar a la enfermera, para decirle que Beltrán había estirado la pata.
Asistí al funeral, siendo crematorio, acompañando a Carmen para darle apoyo en un momento emotivo para ella. Se encontraban algunos familiares de él y Thomas de igual manera se encontraba con tres miembros del grupo VIH y positivos.
No fue gran cosa, pues no hubo qué decir sobre el imbécil de Alan Beltrán... Que en paz descanse...
Después del funeral y de estrechar las manos con Thomas, llevé a Carmen y al pequeño Antonio a tomar unos helados en un parque, para olvidar un poco el "trágico momento del día".
Evidentemente engañé a Beltrán sobre lo que le hice a Toño. Estoy lejos de estar orgulloso de aquello que Sí hice. Corrí grandes riesgos con el bienestar de él, usando anestesia de quirófano y cloroformo. Es bueno saber sobre enfermería y operación de quirófano. Al despertar, sólo tuvo dolor de cabeza y algunas pesadillas. Lo demás fue pinturas de esmalte y maquillaje, para suministrar las heridas y la sangre la saqué de la nevera del laboratorio del hospital donde trabajo, fue toda una paranoia salir sin ser descubierto. Hice maravillas con ello, aunque la pasé de joda por la noche limpiando el escenario. Me estremece recordar lo que hice al pequeño Antonio...
Una semana después, decido alejarme de la vida de Carmen y del pequeño, aunque extrañaré mucho a Toño, me hace desear haber tenido un hijo... Eso nunca ocurrirá.
Ahora me cuido más que antes, me hago pruebas de sangre y me limito al consumo. Regresé con Alexa, quien se había alejado de mí por vergüenza de haberme infectado, aunque no lo sabía... No tuvo la culpa. No obstante, les conté a mis padres sobre mi condición. Mi madre se limitaba a llorar y a abrazarme, mientras mi padre temblaba sin decir nada, solamente miraba el periódico, en la sección de deportes. Creí que mi padre me dejaría de hablar, pero esa misma noche él llegó al departamento donde vivo, y lo recibí con lágrimas en los ojos. Se me acercó y me abrazó fuertemente, llorando y repitiendo: <<Mi chiquillo.>> muchas veces, provocando que de igual manera yo suelte el llanto. A partir de ahí la relación con mis padres como con Alexa se hizo más íntima.
Ojalá no hubiese esperado tanto para convertirme en ser humano, después de todo lo ocurrido. Mejor tarde que nunca, créeme.
jueves, 6 de marzo de 2014
Una mente sin recuerdos
De pronto hace frío, un frío tremendo. La vela casi se ha derretido del todo. La única luz, artificial, procede de la televisión... Hay algo en blanco y negro... pero la televisión es de blanco y negro, así que tenía que ser en blanco y negro... de ser a color la cosa sería distinta, quizás...
Hay ruido bajo la cama, otra vez...
El frío es intenso, desearía moverme a ver qué hay bajo la cama; pero moverse sólo te da más frío. Quedo consciente de que no hay otra cosa que pueda hacer, sólo quedarme quieto, fingiendo que duermo aunque esté encerrado en mis pensamientos.
Estoy seguro que hay alguien más en la habitación, conmigo.
Pregunto quién es, pero no contesta. Escucho su respiro, soportando el frío, es lento. Tal vez esté muriendo. Tal vez no... No sé si sea bueno estar en compañía. No recuerdo nada.
Sólo veo la vela, mientras su luz se extingue. y la luz de televisor, en blanco y negro. No produce sonido alguno el televisor, sólo escuchando las débiles exhalaciones de mi compañero moribundo... Debería dormir...
Hay ruido bajo la cama, otra vez...
El frío es intenso, desearía moverme a ver qué hay bajo la cama; pero moverse sólo te da más frío. Quedo consciente de que no hay otra cosa que pueda hacer, sólo quedarme quieto, fingiendo que duermo aunque esté encerrado en mis pensamientos.
Estoy seguro que hay alguien más en la habitación, conmigo.
Pregunto quién es, pero no contesta. Escucho su respiro, soportando el frío, es lento. Tal vez esté muriendo. Tal vez no... No sé si sea bueno estar en compañía. No recuerdo nada.
Sólo veo la vela, mientras su luz se extingue. y la luz de televisor, en blanco y negro. No produce sonido alguno el televisor, sólo escuchando las débiles exhalaciones de mi compañero moribundo... Debería dormir...
miércoles, 5 de marzo de 2014
viernes, 28 de febrero de 2014
Mala sangre, cuarta parte.
Toda la operación ha salido bastante bien, me siento un poco horrorizado por lo sucedido, y más al revelar las fotografías. Había pedido prestado a mi primo Damián su pequeño estudio de fotografía. Mientras se secaban las copias me preparé un café, temblaba de miedo y a la vez de alegría.
Al llegar a la triste habitación terminal del estimado Alan, me temí que Alan estuviera privado mentalmente, le hago una pequeña señal y deja ver esos ojos vidriosos que empezaron a enfocarme. Vi cómo sonría de alegría por hacerle compañía, mientras su mirada mostraba envidia. Me senté junto a él y le tomé su mano. Por un momento quise exprimirla, pero la enfermera que me recordaba a mi amiga se encontraba haciendo su labor con la máquina, observando que todo estuviera bien.
<<Eres un buen amigo, David. Lástima que no nos conociéramos bajo circunstancias distintas>>. Repite Alan aquella desgastada frase que ha estado diciendo cada vez que yo venía a verle.
La enfermera me confirma que se encuentra tranquilo el paciente y me permite platicar en privado con él, afortunadamente. Precioso fuerte sobre su mano para confirmar que Alan seguía sintiendo dolor alguno, aunque no quería hacerle ese tipo de daño. Él me mira desconcertado y me pregunta Por qué lo hice. Sonrió y tomo un respiro.
<<Les dije a todos que me contagié teniendo una relación sexual con mi mejor amigo, quien se suicidó.>> le cuento.
<<Sí; el segundo día que fuiste al grupo.>> Contesta. <<¿Por qué lo mencionas?>>
<<Bueno>>, respondo,<< Resulta que todo lo que les he dicho a todos es mentira.>> Alan me mira confundido, esperando que prosiga.
Tomo un suspiro y continúo.<<Escucha un poco, Al, Yo fui contagiado por una excompañera de la universidad. Ella no sabía que portaba el virus. Ella fue infectada por un mierdecilla que se topó en una noche camino a su casa. Ese saco de mierda le amenazó con una navaja; la violó. Esa escoria le hizo hacerle cosas: sexo anal, sexo oral.. ella se encontraba aterrada, además de herida. ¿Te suena familiar algo, Al?>>
Alan quedó callado, tratando de procesar todo lo que le mencioné, luego responde <<No sé de qué hablas>>
<<Carajo, Alan. Acuérdate de Alexa; de la colonia Roma.>>
<<Por favor, perdóname, en esos momentos seguía con las drogas. No sabía que portaba el virus.>> Suplica el imbécil, pero ya es demasiado tarde. Quedamos un pequeño momento en silencio y continúo con la operación.
<<En muchos casos de violación forzada las victimas se quedan con un gran trauma en la vida y se dejan caer; pero Alexa ha sido una persona fuerte en voluntad, ella ha estado tratando de seguir adelante.>> Llega a mí una sensación de querer destrozarlo. Respiro profundo para tranquilizarme un poco y continuar.
<<Cuando conocí a Alexa, ella se mostraba temerosa en presencia de un hombre. Poco a poco me fui acercándome a ella, poco a poco la fui conociendo, poco a poco ella recuperaba la confianza. Una vez te encontramos en una plaza, vi cómo ella se aterró al verte pasar frente a nosotros, cuando me contó sobre ti, fue después de haber tenido una relación sexual. Antes, ella se mostraba muy insegura. Le aconsejé de que hiciera la prueba para ver si aquella mierda portaba el VIH y le había infectado. Ambos descubrimos que ella, una persona de verdad; una persona ética, había sido infectada. Era positivo, por lo tanto yo también ya me encontraba infectado.>>
<<David.. lo siento mucho.. ¿Qué te puedo decir? Has sido un buen amigo... La enfermedad.. la enfermedad es horrible, David. Mata a gente inocente.. mata a gente inocente..>>
<<Ahora es demasiado tarde, Alan, para tus disculpas. Yo te lanzaba oportunidades en el grupo y lo único que hacías era balbucear; burlarte.>>
Alan piensa un momento y no obstante suelta una risa profunda y larga: <<¿Qué piensas hacer al respecto?... ¿matarme? Adelante. Me estarías haciendo un gran favor...>> Veía cómo su esquelético rostro parecía animarse. Ambos estábamos sonriendo para el otro, con una risita encantadora. Era ya el momento de ejecutar lo demás. Saco de mi bolsillo, tranquilamente, las fotografías.
<<No se trata tanto de lo que voy a hacer como de lo que ya he hecho>> La sonrisa del bastardo desaparece, al igual que la risita.
<<¿A qué te refieres?>> Me sentía de maravilla observando sus reacciones de temor y confusión.
Le muestro la primera fotografía, la cuál tardó en descifrar, parecía preguntarse qué secretos contenían.
<<Piensa en la peor cosa posible que yo podría hacer. Multiplícala por mil.. y ni siquiera estarás cerca.>>
La primera fotografía era Carmen, conmigo, en un parque. Ambos sentados en la orilla de una fuente, confiados. Alegres como buenos amantes.
<<Qué carajos...>> balbucea Alan, mientras intentaba patéticamente incorporarse en la cama. Con mi mano logré fácilmente detenerlo y devolverlo a su lugar de residencia, haciéndolo disfrutar mi poder y su impotencia en aquel movimiento.
<<Relájate; tranquilo, tómalo con calma que necesitas reposar.>> Pasé la primera foto, mostrando así la siguiente. <<La fotografía anterior fue tomada por el pequeño Antonio.>> Digo sonriente y orgulloso. <<No le salió tan mal para ser un muchachito.>> La siguiente fotografía mostraba a Antonio sobre mis hombros, con un suéter colorido que le regalé la tercera vez que lo vi.<< Ésto fue hace una semana.>>
<<¿A qué vas con ésto?.. ¿Qué mierda has hecho?>> Era un sonido más que una voz. Parecía más proceder de alguna parte del cuerpo en descomposición que de su boca.
Le mostré la tercera fotografía sin decirle nada, era de los tres: juntos, como una familia. Su mandíbula empezaba a temblar de desesperación, lo cual me produjo gracia. Era ya momento de mostrar la cuarta fotografía, la cuál le destruiría su mundo, su ser.
Estoy disfrutando, aún más, el verle luchar con sus mayores temores sobre qué contiene la última fotografía..
Al llegar a la triste habitación terminal del estimado Alan, me temí que Alan estuviera privado mentalmente, le hago una pequeña señal y deja ver esos ojos vidriosos que empezaron a enfocarme. Vi cómo sonría de alegría por hacerle compañía, mientras su mirada mostraba envidia. Me senté junto a él y le tomé su mano. Por un momento quise exprimirla, pero la enfermera que me recordaba a mi amiga se encontraba haciendo su labor con la máquina, observando que todo estuviera bien.
<<Eres un buen amigo, David. Lástima que no nos conociéramos bajo circunstancias distintas>>. Repite Alan aquella desgastada frase que ha estado diciendo cada vez que yo venía a verle.
La enfermera me confirma que se encuentra tranquilo el paciente y me permite platicar en privado con él, afortunadamente. Precioso fuerte sobre su mano para confirmar que Alan seguía sintiendo dolor alguno, aunque no quería hacerle ese tipo de daño. Él me mira desconcertado y me pregunta Por qué lo hice. Sonrió y tomo un respiro.
<<Les dije a todos que me contagié teniendo una relación sexual con mi mejor amigo, quien se suicidó.>> le cuento.
<<Sí; el segundo día que fuiste al grupo.>> Contesta. <<¿Por qué lo mencionas?>>
<<Bueno>>, respondo,<< Resulta que todo lo que les he dicho a todos es mentira.>> Alan me mira confundido, esperando que prosiga.
Tomo un suspiro y continúo.<<Escucha un poco, Al, Yo fui contagiado por una excompañera de la universidad. Ella no sabía que portaba el virus. Ella fue infectada por un mierdecilla que se topó en una noche camino a su casa. Ese saco de mierda le amenazó con una navaja; la violó. Esa escoria le hizo hacerle cosas: sexo anal, sexo oral.. ella se encontraba aterrada, además de herida. ¿Te suena familiar algo, Al?>>
Alan quedó callado, tratando de procesar todo lo que le mencioné, luego responde <<No sé de qué hablas>>
<<Carajo, Alan. Acuérdate de Alexa; de la colonia Roma.>>
<<Por favor, perdóname, en esos momentos seguía con las drogas. No sabía que portaba el virus.>> Suplica el imbécil, pero ya es demasiado tarde. Quedamos un pequeño momento en silencio y continúo con la operación.
<<En muchos casos de violación forzada las victimas se quedan con un gran trauma en la vida y se dejan caer; pero Alexa ha sido una persona fuerte en voluntad, ella ha estado tratando de seguir adelante.>> Llega a mí una sensación de querer destrozarlo. Respiro profundo para tranquilizarme un poco y continuar.
<<Cuando conocí a Alexa, ella se mostraba temerosa en presencia de un hombre. Poco a poco me fui acercándome a ella, poco a poco la fui conociendo, poco a poco ella recuperaba la confianza. Una vez te encontramos en una plaza, vi cómo ella se aterró al verte pasar frente a nosotros, cuando me contó sobre ti, fue después de haber tenido una relación sexual. Antes, ella se mostraba muy insegura. Le aconsejé de que hiciera la prueba para ver si aquella mierda portaba el VIH y le había infectado. Ambos descubrimos que ella, una persona de verdad; una persona ética, había sido infectada. Era positivo, por lo tanto yo también ya me encontraba infectado.>>
<<David.. lo siento mucho.. ¿Qué te puedo decir? Has sido un buen amigo... La enfermedad.. la enfermedad es horrible, David. Mata a gente inocente.. mata a gente inocente..>>
<<Ahora es demasiado tarde, Alan, para tus disculpas. Yo te lanzaba oportunidades en el grupo y lo único que hacías era balbucear; burlarte.>>
Alan piensa un momento y no obstante suelta una risa profunda y larga: <<¿Qué piensas hacer al respecto?... ¿matarme? Adelante. Me estarías haciendo un gran favor...>> Veía cómo su esquelético rostro parecía animarse. Ambos estábamos sonriendo para el otro, con una risita encantadora. Era ya el momento de ejecutar lo demás. Saco de mi bolsillo, tranquilamente, las fotografías.
<<No se trata tanto de lo que voy a hacer como de lo que ya he hecho>> La sonrisa del bastardo desaparece, al igual que la risita.
<<¿A qué te refieres?>> Me sentía de maravilla observando sus reacciones de temor y confusión.
Le muestro la primera fotografía, la cuál tardó en descifrar, parecía preguntarse qué secretos contenían.
<<Piensa en la peor cosa posible que yo podría hacer. Multiplícala por mil.. y ni siquiera estarás cerca.>>
La primera fotografía era Carmen, conmigo, en un parque. Ambos sentados en la orilla de una fuente, confiados. Alegres como buenos amantes.
<<Qué carajos...>> balbucea Alan, mientras intentaba patéticamente incorporarse en la cama. Con mi mano logré fácilmente detenerlo y devolverlo a su lugar de residencia, haciéndolo disfrutar mi poder y su impotencia en aquel movimiento.
<<Relájate; tranquilo, tómalo con calma que necesitas reposar.>> Pasé la primera foto, mostrando así la siguiente. <<La fotografía anterior fue tomada por el pequeño Antonio.>> Digo sonriente y orgulloso. <<No le salió tan mal para ser un muchachito.>> La siguiente fotografía mostraba a Antonio sobre mis hombros, con un suéter colorido que le regalé la tercera vez que lo vi.<< Ésto fue hace una semana.>>
<<¿A qué vas con ésto?.. ¿Qué mierda has hecho?>> Era un sonido más que una voz. Parecía más proceder de alguna parte del cuerpo en descomposición que de su boca.
Le mostré la tercera fotografía sin decirle nada, era de los tres: juntos, como una familia. Su mandíbula empezaba a temblar de desesperación, lo cual me produjo gracia. Era ya momento de mostrar la cuarta fotografía, la cuál le destruiría su mundo, su ser.
Estoy disfrutando, aún más, el verle luchar con sus mayores temores sobre qué contiene la última fotografía..
miércoles, 26 de febrero de 2014
martes, 25 de febrero de 2014
Mala sangre (tercera parte)
Entonces "Toño" era la razón por la que Alan tenía esperanza alguna.
Me introduje en la vida de Carmen, la ex-esposa de Alan, duramente-fácil; accidentalmente a propósito, en un restaurante dentro un parque. Hice el papel de pretendiente encantador y atento, lo cual funcionó eficazmente; pareciese que nunca un hombre le había tratado de manera decente en su vida.
A la segunda semana de haber conocido a Carmen, conocí al "enanito". Fue un encanto conocer a Antonio, mi pase de salida; el "pequeñín" llevaba cinco años de existencia y su hiperactividad era sorprendente.
Al final de la segunda semana por un momento quise dejar en paz lo que tenía pensado hacer: ¿A caso ellos se lo merecen?, ¿Por qué ellos si sólo Alan es el culpable? Pensé cuando Carmen me contó sobre Alan y yo traté de consolarla. Al ver sus lágrimas creí que estaba perdido, pero se debían a una gratitud. Ella me considero una buena persona, un buen ejemplo para el pequeño Antonio... Sin embargo, el sentimiento de culpabilidad se evaporó cuando regresé a mi enfoque. Pensaba llegar hasta el final.
A principios de la tercera semana tuve mi cortejo con Carmen, obviamente usé condón, ya que mis planes no tenían mucho que ver con ella. Ese mismo día me dirigí a ver a Alan, realmente me sorprendió ver cómo estaba de consumido su cuerpo. El doctor me informó que no llegaría a una semana, así que tenía que actuar pronto.
Fue un evento oportuno cuando Carmen me confía en cuidar al pequeño Antonio el sábado, mientras ella hace una visita a una vieja amiga. Un día antes decidí ir a visitar a mis padres, para contarles sobre el virus, pero todo fue vano, mi madre disfrutaba viendo en la televisión un programa sobre cómo se ridiculizaban las personas para ganar dinero por medio de juegos y preguntas tontas; y mi padre leía el periódico, la sección de fútbol. Él era un buen hombre hasta que se consiguió una buena televisión para joderse las piernas, ahora que tiene el cable se encuentra aún más jodido mi padre querido. Sin embargo, se considera un gran experto en el tema. <<¿Todo bien, forastero?>> Pregunta él, sin quitar los ojos de encima del periódico.
<<Así es, todo brillantemente bien>>.
Así es, fater. Todo se encuentra burbujeantemente: estoy saliendo con una hermosa mujer que ya tiene un hijo, mi trabajo como enfermero es espectacular, pero me retiraré pronto de ese labor. ¿Sabes por qué? ¿¡No!?, pues resulta que vuestro primer hijo se ha vuelto seropositivo. Así es, como has de saber, porque lees mucho el periódico. Está muy de moda hoy en día tener el sistema inmunológico averiado, aunque creo que no lo sabías puesto que usted siempre ha estado leyendo la sección de deportes, en lo que usted es más fuerte, aunque no físicamente. Una pregunta: ¿todavía sigue jugando eso de los números? Me repugna, oh, fater.
Un destino realmente triste para una pareja que se casó a los veinte años y que a mi edad, veinticuatro, ya cargaban con tres pequeñines llorones. Apenas soltaba algunas palabras y ambos soltaban una pizca egoísta de su parte. Luego recordé que, de los tres, creían que yo era el "rarito", y metiéndoles el tema sobre el virus sólo serviría para confirmar sus sospechas. Preferí irme con un buen pretexto, con lo cual ellos respondieron: <<Vuelve pronto, forastero>>.
Al día siguiente tomé una caja de herramientas y la llevé a casa de Carmen, con el pretexto de querer hacer unos arreglos voluntariamente. Ella hablaba sin cesar mientras se arreglaba y yo componía un estante. Al llegar el taxi, Carmen sale apresurada, dejándome la custodia del pequeño.
Durante la tarde fue sensacional para Antonio, dibujamos hasta las 13 horas y después salimos a caminar por el centro; entramos a un museo y le compré algunas cosillas que le gustaron en un bazar de paso. A las 19 horas ya estábamos en casa de Carmen. Llamé para confirmar que ella tardaría más de lo acordado. Después vimos la televisión por media hora y para entonces, que el pequeño haya quedado dormido, empecé a ejecutar mi plan..
Me introduje en la vida de Carmen, la ex-esposa de Alan, duramente-fácil; accidentalmente a propósito, en un restaurante dentro un parque. Hice el papel de pretendiente encantador y atento, lo cual funcionó eficazmente; pareciese que nunca un hombre le había tratado de manera decente en su vida.
A la segunda semana de haber conocido a Carmen, conocí al "enanito". Fue un encanto conocer a Antonio, mi pase de salida; el "pequeñín" llevaba cinco años de existencia y su hiperactividad era sorprendente.
Al final de la segunda semana por un momento quise dejar en paz lo que tenía pensado hacer: ¿A caso ellos se lo merecen?, ¿Por qué ellos si sólo Alan es el culpable? Pensé cuando Carmen me contó sobre Alan y yo traté de consolarla. Al ver sus lágrimas creí que estaba perdido, pero se debían a una gratitud. Ella me considero una buena persona, un buen ejemplo para el pequeño Antonio... Sin embargo, el sentimiento de culpabilidad se evaporó cuando regresé a mi enfoque. Pensaba llegar hasta el final.
A principios de la tercera semana tuve mi cortejo con Carmen, obviamente usé condón, ya que mis planes no tenían mucho que ver con ella. Ese mismo día me dirigí a ver a Alan, realmente me sorprendió ver cómo estaba de consumido su cuerpo. El doctor me informó que no llegaría a una semana, así que tenía que actuar pronto.
Fue un evento oportuno cuando Carmen me confía en cuidar al pequeño Antonio el sábado, mientras ella hace una visita a una vieja amiga. Un día antes decidí ir a visitar a mis padres, para contarles sobre el virus, pero todo fue vano, mi madre disfrutaba viendo en la televisión un programa sobre cómo se ridiculizaban las personas para ganar dinero por medio de juegos y preguntas tontas; y mi padre leía el periódico, la sección de fútbol. Él era un buen hombre hasta que se consiguió una buena televisión para joderse las piernas, ahora que tiene el cable se encuentra aún más jodido mi padre querido. Sin embargo, se considera un gran experto en el tema. <<¿Todo bien, forastero?>> Pregunta él, sin quitar los ojos de encima del periódico.
<<Así es, todo brillantemente bien>>.
Así es, fater. Todo se encuentra burbujeantemente: estoy saliendo con una hermosa mujer que ya tiene un hijo, mi trabajo como enfermero es espectacular, pero me retiraré pronto de ese labor. ¿Sabes por qué? ¿¡No!?, pues resulta que vuestro primer hijo se ha vuelto seropositivo. Así es, como has de saber, porque lees mucho el periódico. Está muy de moda hoy en día tener el sistema inmunológico averiado, aunque creo que no lo sabías puesto que usted siempre ha estado leyendo la sección de deportes, en lo que usted es más fuerte, aunque no físicamente. Una pregunta: ¿todavía sigue jugando eso de los números? Me repugna, oh, fater.
Un destino realmente triste para una pareja que se casó a los veinte años y que a mi edad, veinticuatro, ya cargaban con tres pequeñines llorones. Apenas soltaba algunas palabras y ambos soltaban una pizca egoísta de su parte. Luego recordé que, de los tres, creían que yo era el "rarito", y metiéndoles el tema sobre el virus sólo serviría para confirmar sus sospechas. Preferí irme con un buen pretexto, con lo cual ellos respondieron: <<Vuelve pronto, forastero>>.
Al día siguiente tomé una caja de herramientas y la llevé a casa de Carmen, con el pretexto de querer hacer unos arreglos voluntariamente. Ella hablaba sin cesar mientras se arreglaba y yo componía un estante. Al llegar el taxi, Carmen sale apresurada, dejándome la custodia del pequeño.
Durante la tarde fue sensacional para Antonio, dibujamos hasta las 13 horas y después salimos a caminar por el centro; entramos a un museo y le compré algunas cosillas que le gustaron en un bazar de paso. A las 19 horas ya estábamos en casa de Carmen. Llamé para confirmar que ella tardaría más de lo acordado. Después vimos la televisión por media hora y para entonces, que el pequeño haya quedado dormido, empecé a ejecutar mi plan..
lunes, 24 de febrero de 2014
Mala sangre (segunda parte)
Era temporada de lluvias cuando yo emprendía el viaje a la unidad de terminales; una lluvia persistente, húmeda y helada, acompañada de vientos que llegaban a atravesar las capas de mi ropa fácilmente. Resultado: un resfriado mortal, pero eso significaba poco para mí en ese entonces; ahora, por supuesto, me cuido.
El edificio del hospital no era atractivo, era un estilo gris apático que te daba la sensación de tu último destino.
Cada visita que le hacía a Alan hacía que la última pareciese estar cerca. Apenas llegué a pensar que lo último que quería ver en él era el arrepentimiento de todo lo que ha hecho, pero no hubiese obtenido algo que se merece, de mi parte. De haber sido así, él había muerto con fe en la bondad fundamental del espíritu humano.
Mientras me dirijo hacia la habitación donde está establecido el querido Alan, entra en mí unas palabras que me ofreció Thomas hace unos días: <<Aún no estás muriéndote, tienes que seguir adelante hasta que lo estés. Por definición: tienes que vivir hasta que te mueres. Mejor hacer de la vida una experiencia tan completa y gozosa como sea posible, por si la muerte llega a ser realmente macabra.>>
La triste vasija de piel y huesos que contenía la fuerza vital de Alan parecía un hogar poco adecuado para cualquier tipo de espíritu.
La enfermera que le atiende me recuerda un poco a una vieja amiga: Miriam, una chica con la que no llegué a salir, pero sí llegué a experimentar algunas experiencias con ella. Su mirada era sería y de preocupación, aunque algunas sonrisas que soltaba me hacían recordar a Miriam.
Se dirige a mí: << Alan está débil. Por favor, no se quede tanto tiempo.>>
<<Comprendo>>, sonrío, interpretando como un amigo inquieto.
<<Él es afortunado de tener un amigo como usted.>>, dice ella, al parecer pensando en: cómo una semejante abominación bastarda pudiese tener amigo alguno.
Me encuentro preocupado, preocupado de que aquél imbécil no aguantara el tiempo necesario para otro tipo de destino; uno terrible que estoy armando. Sin embargo me proporcionó gran placer de ser testigo de la gran agonía física de Alan. No me permitiré a mí mismo a llegar a un estado similar cuando enferme.
<<¿Qué tal?>>, pregunto. Una pregunta realmente estúpida. Las convenciones siempre nos imponen su locura en los momentos menos apropiados.
<<No estoy mal..>> dice débilmente.
¿Estáis seguro mi estimado amigo? ¿Nada mal? Pareces estar realmente jodido. Te caería bien un par de aspirinas y un buen descanso. Probablemente a la mañana siguiente estarás como nuevo.
<<¿Algún dolor?>>
<<No.. tengo drogas, sólo respiro.>> Tomé su mano huesuda y me esforcé por no reír en su cara esquelética mientras veía sus ojos cansados abriéndose y cerrándose continuamente.
<<Tranquilo, amigo, estoy aquí.>> Digo ahogando mis risas.
<<Eres un buen chico, David.>>, balbucea. <<.. Lástima que no nos conocimos antes de todo esto.>>
<<Así es, una lástima, pedazo de basura>>
<<¿Qué dijiste?>>
<<Que es una pena conocernos bajo estas circunstancias.>>
<<Ah..>>, cae dormido y no obstante extraigo sus esqueléticos dedos de mi mano.
Espero que estés sufriendo en tu ensueño, idiota.
La enfermera llega mientras yo observaba al casi inerte cuerpo. Ella sonríe y luego se me queda viendo, como tratando de descifrar algo de mí. La verdad no me interesa.
"¿Cómo le haces daño a un hombre que está aproximado a morir?", me pregunté mientras iba de camino a casa. No sé si fue una señal de dios, pero en el momento en que me hacía esa pregunta pasaba por una capilla, y el padre estaba sermoneando a sus ovejas, o cómo se les diga, y de repente alzó la voz diciendo "¡A través de los vivos, a través de la gente que le importa!" Eso me hizo recordar una canción, cuyo nombre del artista y título de canción no recuerdo: "Todo el mundo quiere alguna vez a alguien."
Durante la semana siguiente he estado sacando información a este saco de basura, pero no la necesaria. Me explicaba su filosofía repugnante, si se le pudiera decir así. Realmente no quiero recordar las pendejadas que me contaba.
Con todo lo despreciable que era tenía un tesoro muy escondido, llegué a donde yo quería estar desde hace tiempo. Sí; a él le importa una persona. Era inconfundible el cambio del estado de ánimo y el tono que daba cuando utilizaba la frase: "y el pequeño.."
Discretamente empecé a sacarle más información sobre El pequeño. Me contó que tuvo un hijo al que poco a poco dejó de ver por problemas que tuvo con la mujer con quien se había juntado (no era de esperar); pero aquellos pequeños momentos que tuvo con él, Antonio, le hacían sentirse alegre. Era el momento más feliz de su vida, y ya sé cómo destruirlo.
El edificio del hospital no era atractivo, era un estilo gris apático que te daba la sensación de tu último destino.
Cada visita que le hacía a Alan hacía que la última pareciese estar cerca. Apenas llegué a pensar que lo último que quería ver en él era el arrepentimiento de todo lo que ha hecho, pero no hubiese obtenido algo que se merece, de mi parte. De haber sido así, él había muerto con fe en la bondad fundamental del espíritu humano.
Mientras me dirijo hacia la habitación donde está establecido el querido Alan, entra en mí unas palabras que me ofreció Thomas hace unos días: <<Aún no estás muriéndote, tienes que seguir adelante hasta que lo estés. Por definición: tienes que vivir hasta que te mueres. Mejor hacer de la vida una experiencia tan completa y gozosa como sea posible, por si la muerte llega a ser realmente macabra.>>
La triste vasija de piel y huesos que contenía la fuerza vital de Alan parecía un hogar poco adecuado para cualquier tipo de espíritu.
La enfermera que le atiende me recuerda un poco a una vieja amiga: Miriam, una chica con la que no llegué a salir, pero sí llegué a experimentar algunas experiencias con ella. Su mirada era sería y de preocupación, aunque algunas sonrisas que soltaba me hacían recordar a Miriam.
Se dirige a mí: << Alan está débil. Por favor, no se quede tanto tiempo.>>
<<Comprendo>>, sonrío, interpretando como un amigo inquieto.
<<Él es afortunado de tener un amigo como usted.>>, dice ella, al parecer pensando en: cómo una semejante abominación bastarda pudiese tener amigo alguno.
Me encuentro preocupado, preocupado de que aquél imbécil no aguantara el tiempo necesario para otro tipo de destino; uno terrible que estoy armando. Sin embargo me proporcionó gran placer de ser testigo de la gran agonía física de Alan. No me permitiré a mí mismo a llegar a un estado similar cuando enferme.
<<¿Qué tal?>>, pregunto. Una pregunta realmente estúpida. Las convenciones siempre nos imponen su locura en los momentos menos apropiados.
<<No estoy mal..>> dice débilmente.
¿Estáis seguro mi estimado amigo? ¿Nada mal? Pareces estar realmente jodido. Te caería bien un par de aspirinas y un buen descanso. Probablemente a la mañana siguiente estarás como nuevo.
<<¿Algún dolor?>>
<<No.. tengo drogas, sólo respiro.>> Tomé su mano huesuda y me esforcé por no reír en su cara esquelética mientras veía sus ojos cansados abriéndose y cerrándose continuamente.
<<Tranquilo, amigo, estoy aquí.>> Digo ahogando mis risas.
<<Eres un buen chico, David.>>, balbucea. <<.. Lástima que no nos conocimos antes de todo esto.>>
<<Así es, una lástima, pedazo de basura>>
<<¿Qué dijiste?>>
<<Que es una pena conocernos bajo estas circunstancias.>>
<<Ah..>>, cae dormido y no obstante extraigo sus esqueléticos dedos de mi mano.
Espero que estés sufriendo en tu ensueño, idiota.
La enfermera llega mientras yo observaba al casi inerte cuerpo. Ella sonríe y luego se me queda viendo, como tratando de descifrar algo de mí. La verdad no me interesa.
"¿Cómo le haces daño a un hombre que está aproximado a morir?", me pregunté mientras iba de camino a casa. No sé si fue una señal de dios, pero en el momento en que me hacía esa pregunta pasaba por una capilla, y el padre estaba sermoneando a sus ovejas, o cómo se les diga, y de repente alzó la voz diciendo "¡A través de los vivos, a través de la gente que le importa!" Eso me hizo recordar una canción, cuyo nombre del artista y título de canción no recuerdo: "Todo el mundo quiere alguna vez a alguien."
Durante la semana siguiente he estado sacando información a este saco de basura, pero no la necesaria. Me explicaba su filosofía repugnante, si se le pudiera decir así. Realmente no quiero recordar las pendejadas que me contaba.
Con todo lo despreciable que era tenía un tesoro muy escondido, llegué a donde yo quería estar desde hace tiempo. Sí; a él le importa una persona. Era inconfundible el cambio del estado de ánimo y el tono que daba cuando utilizaba la frase: "y el pequeño.."
Discretamente empecé a sacarle más información sobre El pequeño. Me contó que tuvo un hijo al que poco a poco dejó de ver por problemas que tuvo con la mujer con quien se había juntado (no era de esperar); pero aquellos pequeños momentos que tuvo con él, Antonio, le hacían sentirse alegre. Era el momento más feliz de su vida, y ya sé cómo destruirlo.
viernes, 21 de febrero de 2014
Mala sangre, primera parte.
<<Mi nombre es David>>, comento, <<hace casi un mes me dieron a conocer que tengo el VIH en mi sistema. Una parte de mí creía que tenía que haber algún error, me parecía sencillamente increíble; pero me hice la prueba tres veces para destruir mi auto-engaño.>> Me detengo, mientras seguía mirando hacia el suelo como todo un apenado. Al percatarme que nadie quería expresar algo, continué.<<Mucha gente consigue esta enfermedad por compartir agujas, por tener sexo con alguna persona infectada; yo conseguí la enfermedad por querer tener una aventura homosexual con mi mejor amigo. Yo lo conocía bien, así que no tenía en mente que él estuviera infectado...>> Empiezo a observar de manera discreta la reacción de mis compañeros de grupo, esperando ver especialmente la de uno: Alan.<<Cuando él se dio cuenta de que portaba la enfermedad se suicidó. Yo trato de ser fuerte y seguir adelante...>>
<<Nos alegra que formes parte de este grupo, David.>> Menciona el compañero Thomas, <<El enfoque del grupo es compartir nuestras experiencias y motivarnos a seguir adelante. Tener el VIH o el SIDA no es para que nos apartemos de la sociedad. Toda la gente tiene el derecho de convivir con los demás, sin excepciones y sin falta de moral.>>
Sigo observando a todos los compañeros; no todos parecen estar de acuerdo con lo que menciona Thomas, pues uno nunca dejará de discriminar. Me percaté que en el momento en que dije que "hice un acto homosexual" algunos reaccionaron con repugnancia. Me di cuenta de quiénes habían obtenido la enfermedad por compartir agujas, pero de Alan, nada. Sólo balbuceaba y se reía silenciosamente de mis comentarios; de los cuales, agrego, son falsos.
No obstante, un compañero, que era drogadicto, se expone.<< Yo pasé por algo similar...>> Dice tembloroso. <<Me metí con una chica inocente, me aproveché de que ella se encontraba obsesionada por mí. Ella sencillamente detestaba a las personas, así que no me importó hacerlo. Días después le conté sobre el virus que porto. Ella quedó asombrada. Se hizo la prueba y afortunadamente no quedó infectada...>> Aquel hombre lloraba, mostrando, por encima de sus lagrimas, una sonrisa; la sonrisa más hermosa que haya visto de alguien en mi vida.
Una mujer se mostró con ira. Al parecer ella sí obtuvo el virus tras las mismas circunstancias que contó nuestro compañero. Thomas sonríe inquietantemente, en respuesta al comentario del compañero, y luego larga: << La vida es un riesgo, por el cual debemos ser responsables por nuestros actos. Seguramente alguno de nosotros nos encontramos en un momento de ira, resentimiento o auto-aborrecimiento por haber conseguido el virus por un pequeño descuido, pero por eso estamos aquí, para enfrentarnos con la realidad.>>
<<Yo lo considero una infección oportunista.>> Pienso en voz alta, soltando una pequeña risa. La verdad a ninguno de mis compañeros se les hizo gracioso mi comentario. bueno, a excepción de Alan, quien seguía sin comentar nada, sólo estaba de espectador, riéndose de todo.
Thomas, al ver que Alan no parecía mostrar algún interés por todo, le pregunta << y usted, compañero Alan ¿tiene algo que aportar?>>
Alan sólo sonríe a todos y después contesta: <<La verdad considero que ésto es una mierda. Así de sencillo.>> Diciéndolo con una extraña pasión.
<<Si consideras eso, ¿por qué sigues acudiendo al grupo? No lo digo porque quiera expulsarte.>>
<<No es más que un punto de vista de una persona contra el de otra, pero creo que sólo incomodo, así que me iré>>
Al marcharse Alan, el ambiente mejoró instantáneamente, por así decirlo. Dejé que los demás se expresaran mientras se acababa la sesión. Realmente estoy aquí por un motivo en particular: Alan. Quien seguía acudiendo aún sin estar interesado, sólo disfrutaba cómo los demás trataban de ser positivos, para luego él desinflarlos a continuación, aunque no lo bastante como para que sea expulsado del grupo, pero sí lo suficiente para rebajar manifiestamente su moral.
Fue muy fácil conseguir ser amigo de Alan, pues a nadie le agradaba, así que era su amigo por defecto. Después de las sesiones pasábamos a un bar donde él tomaba de manera descuidada. Así llegué a conocer mucho sobre él; aunque no lo suficiente. Alan había contraído el virus compartiendo agujas mientras consumía heroína, el imbécil había dejado la droga antes de saber que era seropositivo y continúa su vida sin preocupaciones.
Poco a poco, Alan fue atrapando infecciones, llevándose a una plaza de cama del hospital general dos meses después de hacerme su amigo. Al dejar el grupo, de igual manera dejé de ir, para hacerle compañía mientras veía cómo se consumía a sí mismo, y trataba de idear un plan, pero primero tenía que continuar mi estudio sobre él. Me había licenciado en Química, para luego estudiar enfermería, pero me doy cuenta que la dedicación que tuve con la materia fue menos entusiasta que con la que emprendo ahora con Alan.
Thomas trató de convencerme de continuar en el grupo, pero realmente ya no tenía caso seguir ahí. Él estaba intrigado por mi decisión de querer acompañar a Alan: ver cómo se descompone y así. Consideraba apreciable el querer apoyar un miembro que precisamente no era positivo por tal cuestión << Desde luego, era el más seropositivo del grupo.>> Expulsé sin querer.
Thomas ignoró mi observación y luego se despide desconcertado.
<<Nos alegra que formes parte de este grupo, David.>> Menciona el compañero Thomas, <<El enfoque del grupo es compartir nuestras experiencias y motivarnos a seguir adelante. Tener el VIH o el SIDA no es para que nos apartemos de la sociedad. Toda la gente tiene el derecho de convivir con los demás, sin excepciones y sin falta de moral.>>
Sigo observando a todos los compañeros; no todos parecen estar de acuerdo con lo que menciona Thomas, pues uno nunca dejará de discriminar. Me percaté que en el momento en que dije que "hice un acto homosexual" algunos reaccionaron con repugnancia. Me di cuenta de quiénes habían obtenido la enfermedad por compartir agujas, pero de Alan, nada. Sólo balbuceaba y se reía silenciosamente de mis comentarios; de los cuales, agrego, son falsos.
No obstante, un compañero, que era drogadicto, se expone.<< Yo pasé por algo similar...>> Dice tembloroso. <<Me metí con una chica inocente, me aproveché de que ella se encontraba obsesionada por mí. Ella sencillamente detestaba a las personas, así que no me importó hacerlo. Días después le conté sobre el virus que porto. Ella quedó asombrada. Se hizo la prueba y afortunadamente no quedó infectada...>> Aquel hombre lloraba, mostrando, por encima de sus lagrimas, una sonrisa; la sonrisa más hermosa que haya visto de alguien en mi vida.
Una mujer se mostró con ira. Al parecer ella sí obtuvo el virus tras las mismas circunstancias que contó nuestro compañero. Thomas sonríe inquietantemente, en respuesta al comentario del compañero, y luego larga: << La vida es un riesgo, por el cual debemos ser responsables por nuestros actos. Seguramente alguno de nosotros nos encontramos en un momento de ira, resentimiento o auto-aborrecimiento por haber conseguido el virus por un pequeño descuido, pero por eso estamos aquí, para enfrentarnos con la realidad.>>
<<Yo lo considero una infección oportunista.>> Pienso en voz alta, soltando una pequeña risa. La verdad a ninguno de mis compañeros se les hizo gracioso mi comentario. bueno, a excepción de Alan, quien seguía sin comentar nada, sólo estaba de espectador, riéndose de todo.
Thomas, al ver que Alan no parecía mostrar algún interés por todo, le pregunta << y usted, compañero Alan ¿tiene algo que aportar?>>
Alan sólo sonríe a todos y después contesta: <<La verdad considero que ésto es una mierda. Así de sencillo.>> Diciéndolo con una extraña pasión.
<<Si consideras eso, ¿por qué sigues acudiendo al grupo? No lo digo porque quiera expulsarte.>>
<<No es más que un punto de vista de una persona contra el de otra, pero creo que sólo incomodo, así que me iré>>
Al marcharse Alan, el ambiente mejoró instantáneamente, por así decirlo. Dejé que los demás se expresaran mientras se acababa la sesión. Realmente estoy aquí por un motivo en particular: Alan. Quien seguía acudiendo aún sin estar interesado, sólo disfrutaba cómo los demás trataban de ser positivos, para luego él desinflarlos a continuación, aunque no lo bastante como para que sea expulsado del grupo, pero sí lo suficiente para rebajar manifiestamente su moral.
Fue muy fácil conseguir ser amigo de Alan, pues a nadie le agradaba, así que era su amigo por defecto. Después de las sesiones pasábamos a un bar donde él tomaba de manera descuidada. Así llegué a conocer mucho sobre él; aunque no lo suficiente. Alan había contraído el virus compartiendo agujas mientras consumía heroína, el imbécil había dejado la droga antes de saber que era seropositivo y continúa su vida sin preocupaciones.
Poco a poco, Alan fue atrapando infecciones, llevándose a una plaza de cama del hospital general dos meses después de hacerme su amigo. Al dejar el grupo, de igual manera dejé de ir, para hacerle compañía mientras veía cómo se consumía a sí mismo, y trataba de idear un plan, pero primero tenía que continuar mi estudio sobre él. Me había licenciado en Química, para luego estudiar enfermería, pero me doy cuenta que la dedicación que tuve con la materia fue menos entusiasta que con la que emprendo ahora con Alan.
Thomas trató de convencerme de continuar en el grupo, pero realmente ya no tenía caso seguir ahí. Él estaba intrigado por mi decisión de querer acompañar a Alan: ver cómo se descompone y así. Consideraba apreciable el querer apoyar un miembro que precisamente no era positivo por tal cuestión << Desde luego, era el más seropositivo del grupo.>> Expulsé sin querer.
Thomas ignoró mi observación y luego se despide desconcertado.
jueves, 20 de febrero de 2014
miércoles, 19 de febrero de 2014
martes, 18 de febrero de 2014
Lix
...
Tras la muerte de su hermano menor, Leis juró a sí mismo actuar de manera adecuada, como sus padres lo querían. Caminó días hasta encontrarse con un pueblo; buscó trabajo, siendo contratado en un restaurante pobre. Mientras ganaba dinero, Leis dormía en la rama de un buen árbol, arriba de una colina, logrando ver el pueblo y comía solamente pasteles de manzana.
Tres meses después, Leis fue ascendido a ayudante de cocina. El chef era un porcino llamado William. Él le enseñó a Leis todo sobre la cocina (había viajado a muchos países durante su juventud, pero decidió quedarse en aquel pueblo por algún motivo, el cual nunca lo mencionó a alguien). Con la ayuda de Leis, William y su restaurante empezó a llamar más la atención a los viajeros. Un búho llamado Rutherford le propone a ambos en hacer crecer el restaurante; él mandaría a hacer la renovación del sitio. Rutherford tenía la esperanza de que el pueblo progresaría.
Para ésto, pasaron tres años y Leis ya estaba establecido en una casa donde podía ver desde la ventana de su habitación el árbol donde antes dormía.
Tras la muerte de su hermano menor, Leis juró a sí mismo actuar de manera adecuada, como sus padres lo querían. Caminó días hasta encontrarse con un pueblo; buscó trabajo, siendo contratado en un restaurante pobre. Mientras ganaba dinero, Leis dormía en la rama de un buen árbol, arriba de una colina, logrando ver el pueblo y comía solamente pasteles de manzana.
Tres meses después, Leis fue ascendido a ayudante de cocina. El chef era un porcino llamado William. Él le enseñó a Leis todo sobre la cocina (había viajado a muchos países durante su juventud, pero decidió quedarse en aquel pueblo por algún motivo, el cual nunca lo mencionó a alguien). Con la ayuda de Leis, William y su restaurante empezó a llamar más la atención a los viajeros. Un búho llamado Rutherford le propone a ambos en hacer crecer el restaurante; él mandaría a hacer la renovación del sitio. Rutherford tenía la esperanza de que el pueblo progresaría.
Para ésto, pasaron tres años y Leis ya estaba establecido en una casa donde podía ver desde la ventana de su habitación el árbol donde antes dormía.
viernes, 14 de febrero de 2014
jueves, 13 de febrero de 2014
miércoles, 12 de febrero de 2014
No tengo la mínima idea de cómo expresarle que cada vez que me encuentro con su silueta y su mirada llega a mí una manifestación sensorial de alegría, que he soñado con tomar sus manos y con abrazarla, que sería un honor disfrutar del atardecer en su compañía.
Su presencia me apacigua y a la vez desordena mis ideas, me hace sentir inseguro y feliz.
Que he mencionado su nombre cuando en realidad estoy con alguna amiga o compañera. Que me gustaría conocerla bien, compartir algunos momentos del día, de la vida, la vida.
Su presencia me apacigua y a la vez desordena mis ideas, me hace sentir inseguro y feliz.
Que he mencionado su nombre cuando en realidad estoy con alguna amiga o compañera. Que me gustaría conocerla bien, compartir algunos momentos del día, de la vida, la vida.
martes, 11 de febrero de 2014
No tengo ganas de despertar, sueño contigo, pero la alarma suena y todo se ha ido.
He de comenzar otro día vacío, donde sólo me permito mirarte, con la tentación de saber de ti, pero sin el valor suficiente. A veces chocaban nuestras miradas, sin embargo, volteo de manera patética hacia otro lado. Busco la manera de arriesgarme a conocerte, pero me siento en una gran habitación, buscando con cuál puerta salir y comenzar una nueva etapa.
lunes, 10 de febrero de 2014
En él se planteaban muchas preguntas sobre su compañera de viaje, mientras observaba el camino. Ella disfrutaba un rato de literatura. El viaje sería un poco largo, pero él no sabía cómo comenzar una conversación. Esta era la primera vez en que ellos se encontraban demasiado juntos. Ambos llegaban al mismo destino, ambos ya se habían visto en otras ocasiones, pero nunca se dirigieron ni siquiera un saludo. Aún así los dos tenían intriga por conocerse; aunque no lo demostraran.
Él cerraba los ojos cada vez que sentía ganas de voltear hacia ella, para verla directamente, aunque en otras ocasiones ya se habían encontrado sus miradas.
Ella guarda su libro y empieza a observar hacia la ventana.
Tal vez no se decían nada, pero el silencio que compartían les agradaba bastante.
martes, 4 de febrero de 2014
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